¿Te cuestan las primeras veces? ¿Te sientes con comodidad ante los retos? He de confesar que yo, durante los tres primeros minutos, me suelo ir por la patilla para, a continuación, conectar con mi “Srek” interior e ir a por todas. Eso me pasó ante mi primera vez como coach personal.
Recuerdo que estaba en la playa durante el último mes de julio en el verano atípico de 2020. A media mañana sonó el teléfono anunciando un whatsapp que decía que era una amiga de una compañera de máster, que si me podía llamar. La conversación que siguió fue más o menos así:
-Hola, soy amiga de tu compañera y estoy buscando alguien para un proceso de coaching personal.
Emocionada le contesté que yo estaba allí para lo que necesitara.
-Pero antes tengo que advertirte de una cosa -prosiguió-. Acabo de perder tanto a mi padre como a mi madre de COVID.
La respiración se me cortó, me quedé totalmente paralizada, el miedo se hizo carne en mí, pero… hubo algo en su voz… que hizo que, desde algún lugar de mi cuerpo, pudiera soltar un “ajá”.
Cuando realizó la pregunta: “¿Te atreves conmigo?”, ya no tenía la más mínima duda. Habían pasado los tres minutos de congelación, sentía su fuerza a través del teléfono y le aseguré con firmeza: “Claro que sí”.
Era mi primera vez, la primera sesión “real” de coaching personal fuera de las prácticas que había realizado con mis compañeras, y puedo decir que, probablemente, haya sido el proceso más bonito que he acompañado hasta hoy.
Como podrás imaginar, mi clienta estaba pasando por el peor momento de su vida y, sin embargo, su fuerza interior y sus ganas infinitas de seguir adelante la hacían ver claro que deseaba alcanzar, por encima de todas las cosas, un objetivo que llevaba tiempo rumiando: MONTAR SU PROPIA EMPRESA.
Y en eso fue en lo que nos centramos, y justo eso fue lo que, unas semanas después, logró. Reconozco que lo que ella me enseñó fue TODA UNA LECCIÓN DE VIDA.
Por supuesto, no todas las sesiones fueron caminos de rosas, las hubo muy difíciles, algunas en las que lo único que pude hacer fue ESCUCHARLA y DARLE CONTENCIÓN.
Otras, llegaba con una triste alegría llena de creatividad arrolladora que entre las dos íbamos canalizando.
Todas cumplieron su función y absolutamente a todas hay que darle las gracias porque la ayudaron a transitar la montaña rusa de emociones sin perder nunca de vista su meta.
¿Cómo pude, me pregunto a veces, superar esos primeros minutos de terror? La respuesta creo que se puede apoyar en varias razones, pero sobre todo en dos: la energía de aquella mujer maravillosa y mis ganas de ayudar.
Este fue mi bautizo de fuego en una recién estrenada profesión que hoy sigue apasionándome. Ahora, cuando me encuentro ante un caso complicado, acudo a mi memoria y la traigo y me digo que, si fui capaz de acompañar a aquel ángel, podré hacerlo con cualquier otro que se presente en mi camino.
No me considero ninguna persona con cualidades especiales. Estoy convencida de que todos tenemos un gigante dentro, a pesar de que haya momentos en los que esté más que escondido.
¿Y tú? ¿Tienes a mano tu Srek personal o, por el contrario, necesitas que alguien te ayude a encontrarlo?
Espero con verdadero interés tus comentarios.
Texto: Esperanza Castro
Guau. Qué valientes las dos, cada una por daros la oportunidad de apostar por vosotras mismas y por lo que os llena y mueve por dentro, por las ganas, por el empeño. Cuántas emociones. Bravo!
Gracias.
Fue un proceso difícil, pero muy bonito. Realmente, todos los son, lo que pasa es que este tuvo muchas particularidades por el momento tan extremo que estaba pasando la clienta.
Un besote muy grande.
Menudo bautizo!!! Esos hitos nos hacen ver de lo que somos capaces. Gracias por compartirlo
Gracias a ti por comentarlo.
Es verdad que fue un bautizo tremendo, pero aprendí muchísimo y, como digo en la entrada, me sirve para recuperar esa experiencia cuando la necesito.
Besote, guapa!!!
Eso si que es entrar por la puerta grande !! Nunca sabemos cuan fuertes podemos llegar a ser , verdad ?
Así es!!!
Me suelen pasar cosas así. Cuando me estrené como facilitadora de biodanza también tuve experiencias difíciles que me enseñaron mucho.
Un besoteeeee
El mejor bautizo, que pudiste tener, en estos últimos 5 años de mi vida la srek que llevo de la
Mano ha sido y será mi fiel compañera.
Gracias
Bien por esa Srek!!!
Un besazo!!!
Enhorabuena por ese exitoso comienzo.
Y si encima te sirvió también a ti para seguir aprendiendo, mejor que mejor.
Gracias, Silvia.
Cada proceso te deja un aprendizaje, pero este, a parte de ser el primero, fue con una mujer muy especial.
Un besote
A veces la fuerza sale…. no se bien de dónde, pero lo que soy y ha salido de dentro, del dolor, me hace sentirme más «gigante». Un beso.
Por supuesto que sí. Yo lo he visto con estos ojitos.
Eres un grandísimo ejemplo de GIGANTE.
Un beso inmenso